Entonces el plano superior experimentó la primera gran tribulación, cuando el Dios Nébulah [ν], aquel que una vez fue conocido como: Ion [ν] extendió su mano izquierda para formar un impresionante sable hecho de plasma de relámpagos y luego levanto su mano derecha enseñando el halo de poder absoluto, y su consorte, la Diosa Lhákesys [ι] también levanto su mano derecha liberando el halo de la sabiduría universal, y su hermano gemelo Lhymbo [λ] se les unía igualmente, levantando su mano derecha para forjar el halo de la serenidad eterna.
Delante de la trilogía de deidades, permanecía flotando el misterioso Cristal Primigenio, ahora convertido en dos pirámides perfectas separadas por el incalculable halo de energía que emanaba de sus terribles campos magnéticos.
En ese instante, por primera vez, Ashthár-Exár [Φ], El Primogénito Universal, experimentó una extraña y perturbadora sensación, era algo completamente diferente a la emoción de “Ira” que se liberó de él mismo cuando Bhen-Jámyrr [π] lo reto en duelo mortal, este nuevo acto de rebeldía desató un frío abisal que recorría cada centímetro de su ser cosmológico, haciendo que inquietantes movimientos telúricos de duda perturbaran su magnificencia eterna, fue entonces cuando nació la siguiente emoción oscura, que más adelante sería conocida como “Miedo”.
Pero Ashthár-Exár [Φ] no fue el único que presenció el nacimiento de esta nueva emoción universal, los tres Dioses rebeldes también la sintieron en lo más profundo de sus conciencias, porque estaban enfrentando a la entidad cósmica más poderosa y perfecta que jamás haya existido, y a pesar de la unión de sus fuerzas, la diferencia de poder entre ellos y su amo eterno seguía siendo descomunal.
Este momento irrepetible, quedaría plasmado en los anaqueles universales del Plano Superior como una especie de pintura artística que flotaba eternamente en la memoria del Universo Primordial y el Vacío Absoluto, y que fue conocida por las generaciones posteriores de seres perpetuos y mortales como: “El Primer Cataclismo Universal”.
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Transcripción de un extracto del libro: “Vhéntress-Tháe” - “Las Crónicas del Tiempo”.

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